Con la publicación del informe sobre incendios forestales en Europa, Oriente Medio y Norte de África en 2022, las instituciones europeas urgen a tomar medidas para salvaguardar la salud de los bosques en territorio europeo.

Tras la publicación por del nuevo informe sobre incendios forestales en Europa, Oriente Medio y Norte de África en 2022 por parte del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, la Comisión ha lanzado la propuesta de aprobar una ley de vigilancia forestal para paliar las dudas que existen sobre la información de los bosques existentes en territorio europeo. Además, creará una base de conocimientos sobre los bosques para que los países miembros, propietarios y gestores forestales impulsen su respuesta ante las presiones sobre estos espacios naturales y reforzar su resiliencia. La propuesta legislativa será examinada por el Parlamento Europeo y el Consejo.

Estas medidas permitirían realizar un mejor seguimiento para generar un entorno más resistente frente a amenazas como plagas, sequías e incendios forestales, incidentes que se ven potenciados debido al cambio climático, así como crear nuevos modelos de negocio que contemplan la captura de carbono en suelos agrícolas y apoyar el cumplimiento de la legislación de la Unión Europea.

Situación de crisis en los bosques
La propuesta se ha realizado en un contexto de presión y crisis en los bosques. El informe publicado por la Comisión sobre incendios forestales en Europa, Oriente Próximo y el norte de África refleja que el año pasado se quemó un terreno aproximado de 900.000 hectáreas de tierra en la Unión Europea, espacio que corresponde al tamaño de Córcega. Los datos también apuntan a que, por tercer año consecutivo, los incendios forestales han provocado daños medioambientales sin precedentes, así como pérdida de vidas humanas y un importante coste económico.

El 96% de los incendios que se producen tienen que ver con las acciones humanas, pero se ven favorecidos por el aumento de peligro de incendio provocado por el cambio climático, lo que se debe tener en cuenta como una señal de aviso sobre las consecuencias que puede generar el calentamiento global en los años venideros con el aumento de las temperaturas y las sequías, cada vez más llamativas en determinados países de la Unión.

Mejoras en la recopilación de datos
El seguimiento del estado de los bosques permitiría la recogida e intercambio de datos forestales que se tendrían en cuenta en el momento de toma de decisiones y la aplicación de políticas, además de información actualizada sobre las perturbaciones naturales y las catástrofes forestales en todos los países miembros.

En este momento, la información de la situación forestal y el uso de los recursos y servicios no es clara. La Comisión afirma que los datos sobre los bosques de la UE están obsoletos y se elaboran empelando definiciones divergentes, lo que provoca importantes lagunas de conocimiento. Un sistema de seguimiento exhaustivo abordaría estas incoherencias.

La nueva legislación contribuiría a crear una gobernanza forestal integrada, garantizando la cooperación entre los Estados miembros y alentándolos a establecer planes forestales a largo plazo, teniendo en cuenta todas las dimensiones políticas pertinentes y la multifuncionalidad de los bosques.

El caso de España
El informe recoge que, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el 2022 fue un año extremadamente caluroso en España, con una temperatura media de 15,4 grados centígrados en la Península, lo que se traduce en la cifra más alta registrada.

Las estadísticas provisionales para el período comprendido entre el 1 de enero y 31 de diciembre de 2022, se recopilaron con la información enviada por las Comunidades de forma semanal durante el período de alto riesgo. Según estos datos, el número total de incendios ha disminuido un 1,03% en comparación a la media de la última década, pero con un aumento del 1,45% de los incendios que se consideran pequeños.