El curso "Valoración de estructuras para mandos y medidas reparadoras de urgencia" estuvo destinado tanto a mandos superiores como intermedios.

La humanidad crea estructuras con fines de todo tipo desde hace siglos. Hoy en día, el ser humano desarrolla gran parte de su actividad en el interior o alrededor de una estructura: viviendas, centros de trabajo o transporte, supermercados… En un primer momento, y con gran seguridad hasta que se resuelva, cualquier incidente de cierta entidad en estas estructuras será atendido por los diferentes cuerpos de bomberos.

De esta necesidad, el arquitecto técnico José Manuel Urrea, sargento jefe de parque de bomberos y responsable del curso; y el arquitecto y arquitecto técnico Ignacio Jimeno, oficial jefe de servicio, ambos del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Guadalajara, plantearon el curso "Valoración de estructuras para mandos y medidas reparadoras de urgencia", una iniciativa impartida a mediados de mayo destinada tanto a mandos superiores como intermedios, que son quienes deben tomar las decisiones sobre la intervención en esas estructuras.

Enfocado a ser capaces de establecer con criterio técnico las directrices de actuación en cualquier intervención en la que esté involucrada una estructura (incendio, impacto, deflagración, inclemencias meteorológicas, etc.), en muchas ocasiones se plantea el problema de que los mandos tienen ciertos conocimientos teóricos sobre sistemas constructivos, de contención, apeos… pero no son capaces de desarrollar un razonamiento táctico apoyado en datos fiables y cálculos fundamentales, por lo que transmiten órdenes genéricas y se realiza una actuación que podría ser más profunda y precisa.
 

Por tanto, los principales objetivos de este curso fueron que los mandos conozcan los principales sistemas estructurales, así como el trabajo de fuerzas y cargas sobre las estructuras. También se analizaron los sistemas más actuales en el campo de las medidas reparadoras de urgencia: en muchas ocasiones, las intervenciones de este tipo pueden formar parte de una gran catástrofe (ya sea como origen o como consecuencia), por lo que también deben ser capaces de integrarse en una cadena de mando.

De manera más específica, deben ser capaces de identificar los modelos constructivos y sus características técnicas, así como distinguir las formas de transmisión de las cargas. Para ello, calculan las áreas de riesgo basados en datos técnicos y son capaces de diseñar sistemas capaces de contener o reparar estructuras dañadas.

Curso en dos jornadas

El curso se impartió en su totalidad en Guadalajara, se desarrolló en dos jornadas y fue organizado a través de la Escuela de Protección Ciudadana de Castilla-La Mancha, adscrita a la Dirección General de Protección Ciudadana de la Consejería de Hacienda y Administraciones Públicas regional.

En la mañana del primer día, se dio una pequeña sesión teórica que incluía las pautas y conocimientos básicos para que todos los mandos presentes pudiesen entender los principios de la mecánica de estructuras y su equilibrio dinámico, así como los diferentes tipos de uniones en las estructuras. Igualmente, se repasaron los materiales empleados como elementos estructurales y su comportamiento, tanto desde el punto de vista ordinario como del de situaciones sobrevenidas.

Del mismo modo, se hizo hincapié en los apuntalamientos y sus características desde el punto de vista más práctico. Así, se dieron las pautas necesarias para dotar a los mandos de la capacidad de hacer cálculos rápidos y aproximados del peso de las estructuras y sus materiales para determinar los mejores sistemas de apeo en cada caso. Por último, se mostraron todo el material y los medios con los que cuenta el Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Guadalajara, con un remolque específico altamente equipado para estas intervenciones.
 

La tarde del primer día y toda la segunda jornada, se desarrollaron ejercicios prácticos sobre edificios reales. En ellos, y empezando por las actividades más sencillas, se buscaba que los mandos fuesen capaces de realizar una primera evaluación técnica 360º del escenario, con vistas a que pudiesen elegir el mejor sistema de contención para cada situación definiendo el área de trabajo. Igualmente, debían transmitir las órdenes de manera comprensible a su dotación y evaluar la ejecución de los trabajos.

Posteriormente, se analizaron diferentes apeos de forjado y de muro, que se habían preparado previamente. El objetivo era que los mandos fuesen capaces de identificar qué es lo que se había ejecutado de manera errónea y cómo podrían corregirlo, si fuese posible, así como determinar la validez de un apeo.

Para rematar el curso, se llevó a cabo una práctica final sobre un escenario real de un edificio completamente incendiado y semiderruido, en el que se plantearon diferentes situaciones e hipótesis que los alumnos debían resolver. Para ello, se contó con la ayuda de la Unidad de Drones de Bomberos (UDB) del Ayuntamiento de Guadalajara, que permitieron analizar y visualizar la estructura desde otro punto de vista.

Como en cada servicio la dotación de personal, los medios materiales y los vehículos varían de manera notable, es importante que cada mando conozca el material y los medios de los que dispone, según la solución que determine.