PANTER FORZA
  • Facebook
  • Twitter
  • Google+
  • LinkedIn
  • Compartir:
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Google+
  • Compartir en LinkedIn

Nuestro colaborador, Enrique Álvarez, Suboficial del Cuerpo de Bomberos de Madrid nos trae este reportaje. El objetivo principal es evacuar el humo, calor y gases de incendio para aumentar la seguridad de las víctimas y equipos de intervención.

Cuando se produce un incendio en el interior de una edificación, se genera una gran cantidad de humo, calor y gases de incendio (Anhídrido Sulfuroso, Amoniaco, Cloruro de Hidrogeno Acroleína, Cianuro de Hidrogeno, Dióxido de Nitrógeno, Fosgeno, etc.) que resultan muy peligrosos para las personas que se encuentran en el interior así como para los Servicios de Extinción de Incendios que acuden para sofocarlo.   

El control de la ventilación en un incendio, resulta vital durante las operaciones de rescate y extinción, permitiendo aumentar la visibilidad, reducir la temperatura y controlar los gases de incendio, generados como consecuencia de una combustión incompleta.

Un incendio, también podemos confinarlo (anti-ventilación) técnica muy utilizada en bloques de viviendas para limitar el desarrollo del incendio, privando de aire fresco al recinto y evitando que los humos y gases no se desplacen a otras estancias como, pasillos, caja de escalera, etc. Existen dispositivos para confinar el incendio por medio de cortinas de bloqueo de humo instaladas en dinteles sin puertas o pasillos, muy utilizas en EE.UU y Centro Europa.  La desventaja que presenta esta técnica, es el descenso del plano neutro del incendio a nivel del suelo y la consiguiente falta de visibilidad teniendo que aplicar los equipos de intervención técnicas de orientación en condiciones de baja visibilidad.

La ventilación se puede definir como, los procedimientos específicos necesarios para producir una evacuación planeada y sistemática del humo, calor y gases del interior de una estructura incendiada, seguida por el  abastecimiento de aire fresco.

Métodos de ventilación
El objetivo principal de la ventilación, es evacuar el humo, calor y gases de incendio, mejorando la visibilidad y disminuyendo la temperatura interior, para aumentar la seguridad de las víctimas y equipos de intervención, minimizando los riesgos por los fenómenos de rápido desarrollo como el Flashover o Backdraft. Esta ventilación se puede realizar de una manera natural o forzada.

Ventilación natural. Se basa en la entrada de aire limpio y fresco del exterior (barlovento) al interior, por aberturas del recinto, obligando a salir por los exutorios o huecos los gases calientes producidos en el incendio. Este método aplica las leyes básicas de la física (termodinámica y dinámica de fluidos) para el proceso de ventilación. La eficacia de esta ventilación depende, de la proximidad de los huecos de ventilación, tamaño, cantidad, obstáculos en el recorrido del humo, situación de las aberturas respecto a la dirección del viento y factores climatológicos.

Ventilación forzada. Consiste en la aplicación de la ventilación utilizando equipos mecánicos extractores o ventiladores, que permiten mover grandes volúmenes de aire, acelerando con ello la eliminación de humo y gases de incendio. Es una ventilación mucho más efectiva y rápida que la ventilación natural. Este tipo de ventilación requiere de personal muy especializado y su mala aplicación puede provocar condiciones inseguras.

Tipos de ventilación
A la hora de aplicar los métodos de ventilación es importante saber la ruta por la que vamos a evacuar los humos y gases de incendio por lo que tenemos que decidirnos por una ventilación horizontal o vertical.
Ventilación horizontal. Persigue la evacuación de los humos y gases por medio de las aperturas de puertas y ventanas, en el mismo nivel en el que se produce el incendio, generando un flujo bidireccional para la evacuación de los mismos. Este tipo de ventilación favorece la estratificación de los humos y gases de incendio.

Ventilación vertical. Consiste en aperturas de huecos de entrada y salida de gases, a distinto nivel, generando un flujo unidireccional para la evacuación de los gases de incendio aprovechando el "efecto chimenea". En los edificios de varias plantas, en la zona alta, se producirá una presión superior a la presión atmosférica exterior, mientras que en la zona baja, se produce una depresión que provocará la entrada de aire exterior. Habrá un punto intermedio en el que ambas presiones, interior y exterior, estén igualadas. Esto se conoce como Plano de Presión Neutra.

Para que la ventilación horizontal y vertical sea efectiva, hay que abrir la salida de humos y gases de incendio tan cerca del foco como sea posible.

Técnicas de ventilación
Dependiendo de los equipos que usemos para realizar la ventilación de los humos y gases de incendio en el interior de una edificación podemos hablar de:

Ventilación por Presión Positiva (VPP). Consiste en introducir aire fresco por medio de ventiladores térmicos o eléctricos y forzar la salida de los gases al exterior por medio del aumento de presión en el interior. Es una técnica muy efectiva bien ejecutada, pero mal realizada, podrimos propagar el incendio de forma incontrolada y provocar el empeoramiento de las condiciones interiores del recinto.

Ventilación por Presión Negativa (VPN). Esta técnica emplea extractores eléctricos que colocados en las salidas de los gases genera diferenciales de presión, negativa en el interior del recinto con respecto al exterior. Tiene un menor número de aplicaciones para los SEIS quedando limitado el uso de esta técnica a situaciones puntuales (garajes, sótanos y zonas bajo rasante).

Ventilación Asistida Hidráulicamente. Esta técnica aplica un cono de agua (60º) a través de un hueco o ventana con el fin de que cubra entre el 85 y 90 % y forzar por medio del Efecto Venturi la salida del humo y gases de incendio al exterior. Es una técnica en desuso debido a los daños producidos por el agua al interior de la edificación y tener que precisar de un abundante   suministro de agua.

Tácticas de ventilación
Las tácticas de ventilación deben emplearse para el rescate, el control de la propagación y la extinción del incendio, optando por una ventilación ofensiva o defensiva en función de la capacidad de los medios disponibles para hacer frente al control de la intervención.

El jefe de la intervención, establecerá un Plan de Acción, que tendrá que ser conocido por todos los equipos de trabajo para una correcta coordinación.

Táctica de VPP defensiva. Esta táctica consiste, en el uso de la ventilación disociado de las acciones de extinción, estableciendo por medio de ventiladores un flujo de aire que no llegue al foco del incendio. Este queda confinado, con lo que no se aporta ventilación. El objetivo es la localización y el rescate de víctimas, evitando la propagación de humos y gases calientes en los espacios a proteger.

Táctica de VPP ofensiva. Se suele emplear el ataque coordinado al incendio empleando técnicas de ventilación por presión positiva y aplicación de agua, creando un flujo de gases unidireccional sobre el foco del incendio.

Si el incendio ha roto por fachada, se puede combinar con el ataque exterior ofensivo o "ablandado" que consiste en reducir el potencial del incendio, desde una posición segura exterior, mediante la aplicación de chorro de agua al interior (techo), a través de una ventana, de forma que no se altere el flujo de gases de incendio existente (ataque combinado a incendio).

El dominio de estas técnicas y tácticas de ventilación supone disponer de mayores recursos para afrontar la intervención, y que en definitiva se resuelva con   más seguridad y eficiencia.

La ventilación de incendios de interior, depende de muchos factores, por lo que no existe ninguna táctica, ni técnica definitiva a la hora de realizarla. Aunque la ventilación bien ejecutada, es muy efectiva, requiere de una amplia formación de los equipos de intervención, ya que una inadecuada aplicación, podría provocar un rápido desarrollo del incendio y propagación del mismo. Siempre que se opte por la ventilación, se producirá el crecimiento del incendio, que debe ser mitigado con la aplicación simultánea y coordinada de agua.

Seguridad
Aunque en un incendio el humo se haya diluido y no lo veamos, esto no significa, que los contaminantes (gases), más dañinos que el humo, no estén presentes en el recinto, por lo que es necesario el uso de Equipo de Respiración Autónomo (ERA) hasta que los detectores de gases nos indiquen que el ambiente es respirable.

Conceptos importantes
Principio de conservación de la masa: con el principio de conservación de la masa, aplicado a un incendio, se puede determinar que la masa de gases que abandona el recinto será igual a la masa de gases que entra en el mismo, más la cantidad de combustible que pasa a estado gaseoso (m saliente = m entrante + m gas)

La ruta fría: dirección del flujo de gases, desde la entrada del recinto hasta el foco del incendio.

La ruta caliente: dirección del flujo de gases desde el foco del incendio hasta la salida de los mismos.

  • Compartir:
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Google+
  • Compartir en LinkedIn